El niño solo tenía cuatro años de edad. Sin motivo alguno, se le avienta a su papá y con furia lo arremete a golpes:
-"Te voy a poner tus madrazos". Exclama el chavito con su expresión facial descompuesta.
El señor, treinta y cuatro años de edad en aquel entonces, lo somete de los bracitos y sólo pregunta:
-"Oye, ¿qué te pasa hijo?"
Yo que los observaba a corta distancia quedo sorprendido.
-"Es bien loco"- dice el papá con cierto aire de bochorno, una risa nerviosa evidencia que no es la primera vez que esto sucede.
Diez años después, se rumora de un parricidio en el barrio; diez años después, una familia no existe más.