domingo, 24 de febrero de 2008

Reencuentro


El día de ayer, hice algo que desde hace mucho tiempo no llevaba a cabo. Me sentía sólo, (en verdad soy un hombre solitario) aconchado en el mundo que yo mismo me he creado por mi falta de carácter y la desidia que desde tiempo atrás me acompaña.

Llegué del trabajo a las 8 de la noche dispuesto a subir a mi cuarto a dormir como ya es costumbre en mi. Iba en el tercer escalón cuando una voz me llama y me dice: "Ey, ¿a dónde vas? No te me apendejes ni te agüites por hechos pasados. Vamos, date una oportunidad y sal de esa ratonera en la que estás metido".

No sé, esa voz me llevó a tomar la desición de salir un rato a vagar. Pensé en sacar a mi perro a que retozara un poco ya que había estado todo el día encerrado, pero eso no era lo que esa voz me pedía. Así que tomé las llaves del auto y arranqué sin rumbo fijo.

Menejé por las sinuosas calles de mi ciudad. Raro en mí, esta vez no menté madres a los choferes incapaces de saber conducir un auto. No le hice "taca ta tacaaaaa" con el claxon a los autobuses de transporte público. Fui un conductor consciente y cedí el paso a transeúntes. ¡Wow! ¡Milagro! No me reconocía.

Después de media hora, pasé por una calle que me trajo gratos recuerdos, ahí está ubicada la casa de mi amigo Roberto, un cuate de la prepa con el cual pasé buenos momentos (música, fiestas, chavas, cine, café y más chavas) Fijé mi vista en el garage de su casa, vi que alguien salía de un auto. ¿Será el Robbie? pensé. Y efectivamente era él.

Bajé de mi coche y le hablé. Cuando me reconoció salió a saludarme con un buen apretón de manos y un fuerte abrazo. Tenía más de 10 años que no nos veíamos. Nos hicimos bromas de nuestro aspecto físico actual y me invitó a pasar a su casa.

Ya adentro me ofreció algo de tomar. "Un café" -le acepté.

Platicamos recordando viejos momentos. Me enteré que es divorciado y que le encanta andar de viejero. "A nuestros 42 años debemos de apurarnos a buscar una compañera fija, sino puede que nos quedemos solterones hasta el resto de nuestras vidas" le comenté.

Me dijo que él seguía manteniendo contacto con algunos compañeros de generación. Cada vez me sentía más relajado y seguro de que había aún gente a la que le intereso.

Sacó una agenda de su cartera, una agenda vieja obsequio de la campaña de un político. Llamó a dos compañeros (al Lobito y Ángel) y también le marcó a Odeth y a Amelia. Quería saber si sería posible que saliéramos a cenar.

Obtuvo respuesta afirmativa, a las 10 en la hambuerguesas Ruffus. Ese local de comida preparada era nuestra cenaduría desde hace casi 18 años.

Había algo que me tenía intrigado:
-"Oye, oí que le llamaste a Amelia". Le comenté.

Él sonriendo respondió:
-"Sí, aún está soltera. No se casó, tal vez te está esperando." dijo en tono de complicidad. (Amelia había sido mi querida novia en la prepa).

-"No mamessss" ¿Neta buey? Pregunté incrédulo.

-"Simón bato" replicó.

Nos terminamos el café y acudimos a nuestro lugar de reunión. En el trayecto fuimos escuchando música de la que nos gusta, algo de Sabbath, Journey, Billie Joel, KLF, B.Brown, Colorr, McCartney y más linduras por el estilo.

Llegamos y esperamos. Poco a poco fueron llegando los cuates. Cuando lleagaron Odeth y Amelia juntas no pude menos que pensar:
-"Mi amor..."