martes, 13 de marzo de 2007

Xalapa, Xalapa, Xalapa



Noche de luna en Xalapa.
Los que vivimos en Xalapa, no sabemos si hubiera sido mejor que siguiera igual que antes o tener la ciudad que es hoy.
Expreso esto porque nuestra "Atenas Veracruzana" ha crecido a lo loco. Sin planeación, sin un orden, esto conlleva a vivir dentro de un laberinto donde todo está convertido en un caos.
Los auténticos xalapeños han de recordar la tranquilidad que reinaba aquí. No había prisas, la gente era amable. No existía el mentado "estress".
Recuerdo a los niños jugando en las calles, dando rienda a su libertad imaginativa. Para divertirse solo se necesitaba una piedra y la energía infantil para lograr grandes aventuras en sus juegos.
¡Qué lejos estábamos de imaginar que Xalapa se convertiría en un infierno vehicular! Nuestra entidad fue concebida y estructurada para mulitas y caballos . Nunca nadie se preocupó por planearla para un futuro cercano. Hoy gracias a la gran cantidad de transporte público y de automóviles "fiados" que circulan en esta "urbe" es imposible transitar con tranquilidad por nuestras angostas callecitas, callejones y "pequeñas avenidas".
No necesitamos grandes centros comerciales. Xalapa no es una ciudad consumista. ¡Nos han querido hacer consumistas! Esto se ve en que cuando van a abrir una tienda departamental o un "mall" nos vemos inundados de personas que acuden a nuestros hogares o lugares de trabajo a ofrecernos las llamadas tarjetas de crédito de tal o cual tienda. ¿Qué nos dicen con esto? "Tú no tienes dinero para pagar en efectivo. Ten la tarjeta y endrógate. Yo me encargaré de que me pagues".
Platicando con un amigo, me hizo este comentario: "Esto es el progreso"
No lo creí asi.
El progreso es la creación de escuelas de calidad, mejores condiciones de vida para la mayoría de los habitantes, salarios justos. Progreso es también tener una ciudad digna en su totalidad, no nada más en partes. Progreso es que haya educación y valores morales.
¿Existen unidades deportivas en nuestra localidad? Recuerdo que había unas canchas en la parte de atrás de los Lagos del Dique. Lamentablemente fueron sustituídas para que cientos de autos se estacionen ahí. No hay apoyo al deporte. No hay apoyo a nada. Estamos envueltos en un consumismo peligroso.
Yendo el domingo pasado a la ciudad de Veracruz, mi vista se desvió hacia donde está un Superama o algo así. Retrocedí unos cuantos años y recordé que ahí había búfalos. La nostalgia me invadió. Me di cuenta que todos somos desechables para dar paso al progreso, pero no de mi localidad, sino para el progreso de unos cuantos aprovechados que lucran con la necedad de la gente que cree que avanzamos a pasos agigantados.
Yo no quiero esta ciudad. Me quedo con la que crecí.